El Instituto de Bioenergía Humana (BHU, en inglés) de Barcelona en base a numerosos estudios asegura que un cuerpo alcalino es un cuerpo sano. Pero, ¿qué es tener un cuerpo alcalino o ácido? Pues bien, estos dos términos vienen de la manera en que reaccionan cualquier elemento. El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala llamada de pH que va de 0 (ácido) a 14 (alcalino), estando en el 7 el valor medio o neutro.
Actualmente la mayoría de la comida que nos rodea y a la que tenemos acceso rápido posee un efecto acidificante en nuestro cuerpo, o lo que es lo mismo, hace enfermar a quien la consume. Ejemplos de estos productos son las bebidas azucaradas, el alcohol, la bollería industrial, el trigo refinado, las chacinas, las carnes…
Pero vamos a explicar a modo de resumen cómo funciona el mecanismo de acidez y alcalinidad: Las células que forman nuestro cuerpo, necesitan alimentarse, expulsar los residuos y renovarse de manera continua. Para ello, la sangre cumple dos funciones: por un lado, transporta a todas las células los materiales nutritivos que necesitan; y por el otro, retirar los residuos tóxicos y ácidos que se producen como resultado de la transformación de dichos procesos mediante órganos como los riñones, el intestino, la piel o los pulmones.

Las células sanas viven en la alcalinidad
Para cumplir el equilibrio que anteriormente comentábamos, la sangre debe de mantener un pH entre 7,40 y 7,45. Cuando aumentamos el nivel de acidez, la sangre es la encargada de regular esta balanza, pero para ello nuestro plasma debe de tener un flujo constante de materia alcalina para contrarrestarlo. El problema viene, cuando la sangre no contiene suficiente componente alcalino y recurre a la reserva que poseen huesos, dientes y tejidos en general. Este no es más que el proceso de descalcificación y desmineralización de un organismo y es lo que lleva a la degeneración de articulaciones, un cabello débil, lesiones en las mucosas, problemas respiratorios…, en resumen, a problemas de salud.
De ahí que lo importante sea nutrir a nuestro organismo de una fuente de minerales que puedan aportar a nuestra sangre la posibilidad de defender la alcalinidad de las células. Para ello es fundamental una alimentación sana y equilibrada basada en productos naturales y libres de grasa y como complemento, consumir agua de mar de manera regular, ya que esta otorga al organismo todos los minerales que necesita para llevar a cabo esta función.