Son muchas las investigaciones que tienen por estudio el uso del regadío mediante agua de mar. La Fundación Aquamaris (cuya finalidad es investigar y divulgar las propiedades terapéuticas y nutritivas del agua de mar), o la Universidad del Norte de Chile son algunas de las organizaciones que ya han conseguido buenos resultados en este campo. Por ejemplo, en Chile el empleo de estas técnicas ha permitido que el desierto más árido del mundo sea capaz de producir verduras regadas con el agua de mar sin desalar.

Acelgas cultivadas con agua de mar
Los estudios se centran principalmente en conseguir que al agua de mar se le otorgue la categoría de agua potable (que lo es o puede serlo) y que, además, se considere como el mejor complemento mineral y mayor recurso hídrico de nuestro planeta (solo el 3% del total del agua del planeta es agua dulce, el resto es agua de mar).
En esta coyuntura, los estudios han arrojado datos que determinan que existen principalmente dos maneras de regar con agua de mar. La primera de ellas consiste en crear una capa freática con agua de mar para mantener el subsuelo siempre húmedo. Esto es, ni más ni menos, la explicación de cómo pueden existir plantas frondosas en una isla desierta donde no existe ninguna posibilidad de ser regadas por agua dulce. La otra vertiente del estudio consiste en adaptar las plantas a la salinidad del agua de mar (como puede ser la acelga) cultivándolas en un suelo que tenga la capacidad de drenar el exceso de sales.